Mediante un proyecto de ley, presentado en la legislatura bonaerense, la diputada Vanesa Zuccari propuso la una alcoholemia superior a 0 miligramos por litro de sangre
Mediante un proyecto de ley, presentado en la legislatura bonaerense, la diputada Vanesa Zuccari propuso la prohibición de conducir cualquier tipo de vehículos con una alcoholemia superior a 0 miligramos por litro de sangre.
Entre los considerandos, la legisladora apuntó que actualmente, en la provincia de Buenos Aires, por su adhesión a la ley de tránsito nacional 24449, la tolerancia máxima general de alcohol en sangre permitida es 0,5 g por litro, reduciéndose a 0,2 g, para motociclistas y a 0 g para quienes conducen vehículos de pasajeros o de carga.
En este aspecto consideró que “son bien conocidas las consecuencias que puede tener el alcohol en la conducción: alteración de los sentidos, falsa sensación de seguridad, disminución de los tiempos de reacción y de la capacidad de atención, afectación de la visión, respuestas más lentas a las maniobras, errores de interpretación diversos, etc. Asimismo es sabido, que la ingesta de alcohol tiene consecuencias distintas según la persona, con lo cual su capacidad de tolerancia puede verse afectada aun consumiendo por debajo del límite legal”
“Teniendo en cuenta ello y que los efectos del alcohol en la conducción de vehículos siguen siendo una de las principales causas en la ocurrencia de accidentes de tránsito (algunas estadísticas hablan que el 50% de los mismos ocurren por esta razón), entiendo que es necesario poner el límite de 0 alcohol, que nos permita - en conjunto con otras medidas que sin dudas deben dirigirse a concientizar, educar y controlar-, disminuir a corto plazo las consecuencias nefastas que en material vial, tanto para vidas como para bienes, tiene el consumo irresponsable de esta sustancia” señaló la legisladora.
En el mismo sentido, los fundamentos del proyecto referencian que a pesar de los esfuerzos realizados, tanto en materia legislativa como vial, nuestro país no ha podido disminuir, en forma sustancial como debió haber sido, la cantidad de muertes por año en los últimos 25 años (según la Asociación Civil Luchemos por la vida, en 1992 fueron 7075 personas las fallecidas por esta causa y en 2015, 7472), estadística que no alcanza a quienes resultaron lesionados producto de los siniestros, lo cual es un elemento más que hace necesario tomar cartas en el asunto.