Después de muchas idas y vueltas, Hugo Moyano recompuso su relación con el kirchnerismo, sector con quien mostró grandes diferencias en los últimos años de gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. “El enemigo de mi enemigo, es mi amigo”, el viejo y conocido dicho popular puede acoplarse a la situación que se da entre el sindicalista y el kirchnerismo.

Claro, la enemistad quedó de lado ante el avance del gobierno de Mauricio Macri y sus políticas laborales. De esa manera, Moyano dejó de ver al Jefe de Estado, a quien promovió durante la campaña electoral 2015, y comenzó a alejarse para acabar, una vez más, bajo el ala de CFK.

A principios de año, una serie de apariciones de Hugo y Pablo Moyano en actos del Partido Justicialista bonaerense y del sector que conduce Alberto Rodríguez Saá, “HAY 2019”, comenzaron a dar cuenta de la buena sintonía. En paralelo, el exlíder de La Cámpora, Andrés Larroque, comenzaba a abrir las puertas para el regreso triunfal del gremialista.

La sintonía fina se terminó de consumar en el plenario organizado por SMATA el pasado 3 de agosto, donde Moyano posó junto a la senadora Cristina Fernández. Desde allí, comenzó a forjarse la relación entre la pata política (el kirchnerismo) y el sindicalismo (los Moyano y compañía).

Algunos de los lubricantes de los diálogos fueron los legisladores con base sindical del kirchnerismo, como Omar Plaini, Vanesa Siley, Walter Correa, Hugo Yaski, entre otros.