Solamente un puñado de Intendentes de la provincia de Buenos Aires se animaron a defender a capa y a espada al presupuesto 2019 de María Eugenia Vidal. Claro, la gestión bonaerense tomó como medida, seguir los pasos de la administración de Mauricio Macri a nivel nacional y se desligó de responsabilidades. Los afectados fueron los distritos.

Es que, producto de la grave crisis que atraviesa el país, en su Ley de Leyes, la Nación dispuso el traspaso del subsidio al transporte público y la tarifa social a la gestión bonaerense. Así como llegaron las nuevas responsabilidades, siguieron su curso a los distritos para que sean los Intendentes los que tengan que afrontar el recorte más profundo.

Por caso, el mandamás de Chacabuco, Víctor Aiola, comentó en su momento a La Tecla.info que “si bien está bueno el esfuerzo que uno hace para que sean municipios eficientes, seguir haciendonos cargo de tantas cosas nos parece un poco mucho”, sostuvo. De esa manera, el hombre de la Cuarta sección electoral disparó: “Esto es como los platos chinos, cada vez tenemos más platos juntos”.

En ese sentido, si bien se estudia quitarse algunas responsabilidades y modificar el Presupuesto que se debata en la Legislatura el próximo lunes, algunos intendentes echaron mano a la misma escuela.

Es que, para sus presupuestos locales, con el afán de recaudar y recaudar a costa de los vecinos, impusieron una serie de tasas más que llamativas y conflictivas. El impuesto a la carga de nafta, un impuesto puesto en la escena por Sergio Massa en la previa a la disputa electoral de 2013.

En aquel momento, las comunas que dejaron el Frente para la Victoria para alinearse al Frente Renovador, decidieron que cada vecino que cargue nafta, gnc o gas oil en los distritos pague un plus por litro cargado. Claro, Pilar, Tigre, San Fernando, Hurlingham, Merlo, Malvinas Argentinas, en su momento, se alinearon a la medida recaudatoria.

Ahora, varios años más tarde, el impuesto massista vuelve a la escena y otra vez en la previa del inicio de un nuevo calendario electoral. Es que, en la Terceras sección, dos comunas con algunas complicaciones económicas buscan mejorar los números a costa de ajustar más a los vecinos.

En Berisso, el intendente de la Unión Cívica Radical, Jorge Nedela, atraviesa una grave crisis. Hasta debió ser intervenido por la provincia de Buenos Aires y obligado a disminuirse su salario y reducir el equipo de trabajo para bajar los gastos. Claro, el recorte político no alcanza y en la previa de la disputa electoral la necesidad de recursos es más fuerte que nunca.

En ese sentido, el hombre de Cambiemos mandó al Concejo Deliberante una ordenanza para que por cada carga de nafta, gas oil o GNC que se realice en el distrito, se pague $0,45; $0,35; y $0,25 centavos por litro y centímetro cúbico respectivamente.

El radical que tiene las cuentas en rojo no está solo. También en la Tercera sección, uno de los peronistas que busca ser una opción electoral, puso en la mesa de discusión la creación de un impuesto que se mantiene en comunas como San Isidro y Vicente López.

Se trata de Martín Insaurralde, alcalde de Lomas de Zamora, que planea ser uno de los candidatos del peronismo para la Gobernación. En ese marco, MI envió al Concejo Deliberante un Presupuesto que contempla que vecinos de Lomas de Zamora paguen $0,40 más por cada litro de nafta o $0,15 por metro cúbico de GNC que carguen en estaciones de servicios del distrito, y un nuevo arancel al realizar la transferencia de un vehículo.

No obstante, la medida se cayó. Es que, La Cámpora le marcó la cancha al alcade y anunció su voto en contra. Vale remarcar que hasta el momento, camporismo e Insaurralde jugaron siempre en el mismo equipo.

La decisión de ponerle un freno al impuesto a la nafta que buscó crear Insaurralde se debe a las sospechas camporistas de que se trate de un “impuesto electoral” tal como ocurrió con Massa en la previa a 2013. Claro, la mejoría en la recaudación a través de la tasa no se vería en otros lados más que en la campaña electoral que el alcalde busca afrontar. Un espejo al massismo hace cinco años atrás.

De esa manera, los intendentes siguen la línea de Nación y Provincia, sin importar el color político, y buscan expandir el ajuste a los vecinos a través de impuestos más que llamativos.