La Argentina, sacando épocas especiales como los tiempos de la post segunda guerra mundial, siempre ha vivido con problemas económicos que han opacado los pequeños períodos de crecimiento vividos por el país. El Estado nacional, como receptor de la mayoría de los impuestos, es quien debe tratar de distribuir los mismos de la manera más equitativa posible, evitando discriminaciones o favoritismos, para de esa manera lograr una mejor distribución de los recursos.

Hace rato que en la Argentina las provincias ya han dejado de fomentar su accionar con los fondos propios, sino que con el correr de las décadas se ha ido incrementando la importancia de los fondos bajados desde la Nación para el subsistir de los distritos, sin cuyo aporte sería inviable el manejo económico de cada uno de ellos.

La distribución de recursos entre nación y provincias ha sido y sigue siendo un tema de debate. Nadie duda del rol esencial que juega en la constitución de un país federal, ya que sin gozar de recursos es poco el poder real que tienen los gobiernos provinciales para efectuar políticas públicas tendientes a cambiar su realidad provincial.

Un estudio efectuado por el Iaraf (Instituto Argentino del Análisis Fiscal), muestra cómo el durante los últimos dos años las alícuotas del Impuesto a los Ingresos Brutos sobre la actividad económica en general, y sobre algunos sectores en particular, vienen aumentando de manera considerable en varias jurisdicciones. Durante el año en curso, nuevamente ha continuado subiendo en algunas provincias la presión de este tributo, cuyas características distorsivas son ya ampliamente conocidas.

De cara a la cercana presentación en las legislaturas de los proyectos de presupuestos provinciales, en los cuales quedará plasmada cuál será la política tributaria que estiman aplicar los gobiernos en el 2011, resulta de sumo interés realizar un diagnóstico de cuál es la situación actual en materia de imposición en cada jurisdicción subnacional.

Debido al importante crecimiento en la recaudación del Impuesto a los Ingresos Brutos durante los últimos años, sustancialmente superior al de otros tributos como el inmobiliario o el automotor (cuyas bases imponibles han permanecido relativamente inmóviles, a diferencia del IIB), la estructura de financiamiento propio de las provincias ha cambiado notoriamente en los últimos años.

Actualmente, un 74% de la recaudación propia de las provincias está explicada por el Impuesto a los Ingresos Brutos, frente a sólo un 9% que proviene del impuesto inmobiliario un 8% de Sellos, y un 6% del automotor (el 6% corresponde a otros tributos menores). Por el contrario, en el año 1998, el IIB representaba un 56% de los recursos tributarios propios de las provincias, es decir unos 18 puntos porcentuales menos, lo cual denota la mayor prociclidad de la estructura tributaria actual, en el sentido que se encuentra más estrechamente ligada a la trayectoria de la actividad económica.

Puede verse que hoy en día la carga tributaria que ejerce el Impuesto a los Ingresos Brutos (IIB) sobre el conjunto de actividades económicas asciende, para el promedio de las 24 jurisdicciones, a un 1.68% sobre las ventas brutas, netas de IVA. De este modo, se observa cómo los años 2009 y 2010 han sido los de mayores aumentos experimentados en la carga legal promedio que ejerce este tributo, luego de haber permanecido relativamente estable a lo largo del período 2002-2008.

Analizando la carga tributaria provincial sobre los principales grupos de actividades económicas, se advierte que el de la intermediación financiera (compuesto por bancos y seguros) es sobre el cual recae la mayor presión, que en promedio para todas las jurisdicciones asciende a un 3.3% de los ingresos. Le sigue el grupo de comercio, restaurantes y hoteles, con una carga del 2.5% sobre sus ventas. En el otro extremo, figuran el sector primario y la industria manufacturera (local) y construcción, con una presión del 0.6% y del 1%, respectivamente. Con relación a la industria, cabe destacar que es distinto el tratamiento tributario que este sector recibe, según si el contribuyente tienen una planta radicada en la provincia o no.

En el caso que se trate de industrias radicadas en otra provincia distinta a la del análisis (pero que realizan algún tipo de actividad en la misma), la carga suele ser superior, ya sea porque tienen alícuotas más elevadas o porque no gozan de las exenciones previstas por el Pacto Federal para esta actividad. De este modo, la carga tributaria promedio que recae sobre industrias de otras jurisdicciones asciende a un 2.2%, más que el doble de la que se aplica sobre las industrias locales.

Las jurisdicciones que mayor carga tributaria promedio ejercen mediante el IIB son Misiones y CABA, con un indicador del 2,9% y del 2.7%, respectivamente, sobre las ventas brutas netas de IVA. En el otro extremo, se ubican San Luis y Chubut (IIB Municipal) como los de menor presión sobre el promedio de la economía. En el caso particular de San Luis es importante aclarar que, si bien según la normativa aparece como la provincia con menor carga tributaria (producto de menores alícuotas y de la promoción a la industria local), en la práctica la provincia ha adoptado criterios restrictivos a los efectos de gozar de dichos beneficios, que han derivado en elevados niveles de tributación para ciertas empresas industriales.

 Ranking de mayor presión tributaria

1 Misiones

2 Capital Federal

3 Neuquén

4 Santiago del Estero

5 Buenos Aires

6 Tucumán

7 Córdoba

8 Santa Cruz

9 Jujuy

10 Salta

11 Río Negro

12 Catamarca

13 Tierra del Fuego

14 Chaco

15 Formosa

16 Mendoza

17 La Pampa

18 Santa Fe

19 San Juan

20 Entre Ríos

21 Corrientes

22 La Rioja

23 Chubut

24 San Luis

El ranking anterior constituye un promedio de la carga tributaria sobre los distintos sectores económicos, a partir de la utilización de ponderadores de las actividades más relevantes en cada jurisdicción. Pero ello no implica que las provincias mencionadas sean las más onerosas en todos los sectores.

Pasando al detalle de los aumentos en cada jurisdicción, durante el año 2010, unas diez jurisdicciones han aplicado algún tipo de aumento en las alícuotas o montos a pagar del Impuesto a los Ingresos Brutos, habiendo sido el de la Provincia de Neuquén el de mayor magnitud, con un aumento del 43% promedio.

Los cambios reflejados en el gráfico anterior muestran la evolución promedio del indicador de carga tributaria. Evidentemente que tanto por sector de actividad económica como por jurisdicción, los cambios fueron dispares. En efecto, para las actividades primarias y la industria local, la Provincia de Jujuy fue una de las que lideró los aumentos (cabe destacar que en el caso de esta jurisdicción, los aumentos graduales fueron pactados a comienzos del año 2009). En el caso de la industria de otras provincias, la jurisdicción que más incrementó la alícuota este año fue Santa Fe. Para el resto de los grupos de actividades, salvo la intermediación financiera, Neuquén lideró los aumentos, con diferentes incrementos según el caso.

A partir de las modificaciones recientes en la normativa del IIB, el mapa tributario argentino se vio ligeramente modificado respecto al del año 2009. Es así como Neuquén pasó a ocupar el 3º puesto de mayor presión (desde el 12º en el que se ubicaba el año pasado), Jujuy pasó del 11º al 9º, Tierra del Fuego del 15º al 13º y Santa Fe del 19º al 18º. El resto de las provincias que aumentaron el IIB no tuvieron modificaciones significativas en el ranking (por caso, CABA luego del aumento, continuó ubicando el 2º puesto de mayor presión).

Una situación por demás compleja, que deja a los intereses de nuestro país muy por debajo de las perspectivas que se tenían hace sólo tres años atrás. La crisis financiera internacional impactó de lleno en nuestra economía, que sienten como la misma va decayendo con el correr de las semanas, sin que haya políticas acordes a la situación.

La presión tributaria es la principal fuente de recaudación por parte del Estado, y con el correr de los años hemos visto que no ha hecho más que subir. Esto no ha hecho más que despertar las críticas de muchos sectores, que ven en la suba de la misma una maniobra del kirchnerismo para aumentar su “caja”, mientras que otros piensan que es una necesidad debido al grave estado de crisis que se encuentra pasando la economía mundial.

Es necesario que el gobierno preste atención a estos problemas, porque sino será cada día más difícil levantar a nuestro país, que pese a los datos “dibujados” desde el Indec por el inefable Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, está con una desocupación creciente, educación en retroceso, y una situación social muy difícil de contener. Por el bien de los más de 40 millones de ciudadanos que habitan estas tierras, ojala que el gobierno reaccione a tiempo y se revierta esta situación.