El documentalista y militante Martín Musarra se llevó el primer premio del concurso de cortos organizado por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. En entrevista con Agencia CNA, se explayó sobre lo que significa la resistencia de Andalgalá, que se opone a la megaminería a cielo abierto, a la hora de producir artísticamente
La resistencia de colectivos sociales no sólo genera experiencias ricas en lo que respecta a su organización y alcances, sino también desde lo artístico. Este lenguaje expone sus diversos costados y tensa la cuerda.
Recientemente, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación acaba de otorgar el primer premio al corto Andalgalá en 6, del documentalista Martín Musarra. Se dio en el marco del Programa de Fortalecimiento del Sistema de Protección de los Derechos Humanos de la Subsecretaría de Promoción de Derechos Humanos y la Unión Europea.
Musarra, que participa de la asamblea de vecinos autoconvocados El Algarrobo, la cual nació al calor del rechazo al proyecto Agua Rica, se sinceró en diálogo con Agencia CNA: "por lo que es la lucha en sí y la tendencia a la invisibilización de toda la lucha en contra de la minería, a la hora de participar (del concurso), no tenía más expectativas que ampliar el debate".
El jurado estuvo compuesto por Mariana Arruti ("Trelew"); David Blaunstein ("Botín de Guerra"); Albertina Carri ("Los Rubios") y Enrique Masllorens, subgerente de Extensión y Desarrollo del Canal 7.
"Al ver las obras del jurado vinculadas a los derechos humanos, a mí me dio mucha intriga sobre qué pasará si ven este video de Andalgalá en 6, donde se cuenta todo el primer año de la asamblea. Por eso me pareció útil que participe esta obra, bajo esta intención de generar el discusión, porque ya sabemos que los pueblos que nos organizamos contra la minería tenemos serias contradicciones con los derechos humanos", explicó Musarra.
Sin embargo, hay una evidencia que rompe los ojos: la obra- que muestra cómo un pueblo se organiza contra la megaminería a cielo abierto- es premiada por una secretaría de un gobierno prominero.
"Parecen como tres hermanos que no se hablan: la Secretaría de Derechos Humanos, la Secretaría de Medio Ambiente y la Secretaría de Minería. Hay una seria contradicción. Juan José Mussi, secretario de Medio Ambiente, dijo que la megaminería contamina. A partir de ahí no tuvo más exposición pública. La de Derechos Humanos, por medio de este concurso, demuestra que le da importancia. Y me parece que la de Minería tiene compromisos muy grandes con intereses que exceden a este país", apuntó el documentalista.
A partir de lo anterior, no trepidó en exigir "al Gobierno claridad en el discurso, para que no haya por un lado absorción de los derechos humanos y, por el otro, que se pongan en riesgo a cada rato con los emprendimientos, ya que el Estado nacional oficialmente, en distinta etapa, declaró mil proyectos".
Esta clase de trabajos gambetea y deja fuera de lugar el sitio que habitualmente se le quiere dar al artista. Para Musarra, el artista debe salir de su buhardilla y "tiene que estar en contacto con su entorno, la naturaleza, los reinos. De ahí nace una sensibilidad que hemos visto en muchos artistas que están apoyando la lucha".
"Esta es una forma de responder a esa orfandad de canales de expresión mediática, de representación religiosa, política. Me toco este rol en esta parte de la lucha. Ponerle ojos y oídos a lo que está pasando acá", cerró.
En el caso particular de El Algarrobo, se conformó todo un dispositivo comunicacional, compuesto por blogs, la radio y "la televisión pública"-donde tras cada marcha se emiten trabajos-, que permitió a los autoconvocados diseminar su relato, habitualmente omitido. Estas son, someramente, las condiciones de producción que conducen a la creación de un trabajo audiovisual como el de Martín Musarra.