Pareció un movimiento de la NBA o de la propia Liga Nacional de Básquet, pero no. Fue una rara jugada de la política nacional, más precisamente del gobierno de Cambiemos y el equipo de Mauricio Macri. Es que, cuando el Gobierno cortó a Javier Iguacel y lo separó de su cargo de subsecretario de Energía, desde otra cartera salieron en su defensa, lo reclamaron como propio y lo incorporaron.

Si, el funcionario oriundo de Capitán Sarmiento en la Segunda sección electoral bonaerense, fue desplazado al tener una fuerte discusión con el titular de Hacienda, Nicolás Dujovne.

“Dujovne no quiere ver, Iguacel le dijo que no se puede seguir aumentando todo y a él no le importa, nada más quiere aumentar y aumentar”, comentó a LaTecla.info un alcalde que tuvo uno de los últimos diálogos con Iguacel al “renunciar”. “El tipo (Dujovne) tiene mucho poder, se hace lo que él quiere y nada más”, redondeó la misma fuente de la Unión Cívica Radical.

Así, a dos semanas de su salida, el ex cabecilla de vialidad nacional consiguió el apoyo del ministro de Transporte, Guillermo Dietrich. En definitiva, su antiguo jefe lo propuso para que regrese a la cartera pero en un nuevo puesto y no en el que ya se desempeñó.

De esa manera, Iguacel se haría cargo, una vez que finalice con sus vacaciones, del sector ferroviario de la cartera que conduce “Guillo”.