Se lo nota algo triste. Y tenso, al mismo tiempo. Y para salir de esa sensación interna busca el camino de la brevedad, como él mismo se encargó de destacar en la conferencia de prensa que dio ayer, luego del entrenamiento matutino de River: "Quiero hacerlo corto y contestar cinco o seis preguntas, porque no me es fácil hablar de esto".

Estas palabras fueron el preludio de una despedida, que desde hace días circulaba por los pasillos del Monumental. Gallardo confirmó que dejará de ser jugador de River luego del partido de mañana ante Tigre, por la última fecha del Clausura.

Una resolución como la que acaba de tomar no se concreta de un día para otro: "Es una decisión personal. Hace dos meses que evalúo el fin de mi ciclo. Creo que está cumplido. Antes del partido con Boca dije que ése podía ser mi último superclásico".

El Muñeco dice que se siente angustiado, emocionado, aunque no dolido. Claro, en este último caso estaría dejando un mensaje encubierto: el de alguna traición o, el haber recibido alguna respuesta o actitud inesperada. Pero no parece ser así. Gallardo no da a entender ningún acceso de enojo cuando habla de Passarella y Cappa: "El presidente me dio la posibilidad de firmar un año más, antes del partido con Boca. Le agradecí el gesto. Y Angel fue claro conmigo. Me dio la opción de elegir, respetó mi trayectoria y reconoció que soy un hombre del club, y he entendido el mensaje". El entrenador, al igual que con Matías Almeyda, le señaló que no le iba a asegurar la titularidad.

Tal vez su tristeza se acentúe más todavía porque piensa -y está convencido- que la despedida esta vez será la vencida : "Me fui dos veces de River, pero en esos momentos sabía que iba a volver. En cambio, ahora lo siento como algo definitivo. Sé que no tengo posibilidades de regresar".

Hay algo más: Gallardo se distanció de la barra brava de River, que se encargó de exhibir una bandera hiriente en la popular del Monumental en el partido contra Godoy Cruz. Pero el habilidoso volante negó que este cruce con los violentos haya sido uno de los desencadenantes de su decisión.

El retiro, por ahora, no está en su mente. Gallardo no cierra las puertas a ninguna entidad en el futuro: "Quiero jugar un tiempo más. Evaluaré las ofertas de acá y de afuera. Además, quiero aclarar que nadie me llamó de ningún lado, como se estuvo diciendo en éstos días". La referencia fue sobre los rumores que lo vinculan con el posible interés que Independiente -a través de Américo Gallego- y Newell´s habrían mostrado en él.

"Es lindo saber cuando las cosas tienen un final. Estoy seguro de mi decisión". Se levantó, saludó y se fue. Atrás quedará una historia que comenzó hace 17 años, el 18 de abril de 1993, cuando debutó en primera, con el apoyo de Passarella, el entonces DT y hoy presidente. Se fue seis años después, y como lo contó, volvería una y otra vez; la última, hace poco más de un año. No es fácil el adiós para el Muñeco, que en River ganó seis títulos locales, una Copa Libertadores (1996) y una Supercopa (1997). Mañana dará su última función, y seguramente la gente se levantará para aplaudirlo. Es un jugador que ha respetado la historia y el estilo futbolístico del club. No es poco. Aunque las razones del adiós también se irán con él.