28/05/2010 - 17:07hs.
La eterna Autopista Parque Presidente Perón
Empresas denunciadas por sobreprecios, proyectos repetidos y abandonados, un doble financiamiento ciudadano y las mismas empresas de siempre con el sello K. Todo eso rodea lo que en dos años y medio será (o tendría que ser), lo que la presidenta Cristina Kirchner llamó la “General Paz del siglo XXI”
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En su afán por comparar los anuncios de su gestión con los de sus predecesores, Cristina Fernández comunicó la construcción de la Autopista Parque Presidente Perón comparándola con la “General Paz del siglo XXI”. En ese mismo discurso, vio una señal en la casualidad de que la apertura de los sobres para el proyecto sería el 12 de junio de 2009: “Autopista Presidente Perón, y realmente el último discurso que pronuncia el Presidente Perón es el 12 de junio”, dijo emocionada.

 

Pero al parecer las señales no fueron escuchadas, y el día del aniversario del último discurso peronista pasó desaparcibido. Recién en julio del año pasado se realizó la apertura de los sobres de esta obra que será la continuidad del Camino del Buen Ayre y conectará el Acceso Oeste con la Autopista Buenos Aires-La Plata, gracias a una inversión pública de 1.800 millones de pesos.

 

Pero la autopista Parque Presidente Perón no es de esta gestión. Ni siquiera es del gobierno kirchnerista, que ya en 2005 prometió la realización del mismo proyecto con una inversión de 900 millones de pesos. La promesa de unir 15 municipios de la provincia de Buenos Aires es arrastrada desde 1998, cuando el presidente de las patillas se paró frente a una multitud para comunicar la construcción de un camino que recorrería el tercer cordón del Conurbano con un valor de 250 millones de pesos.

Ya en marzo de este año, Cristina Fernández firmó el contrato con las empresas adjudicatarias y, para sorpresa de muchos (o pocos), son las mismas de siempre. Y la mayoría de ellas, tienen el sello K.

 

Mismo plan, mismas firmas

 

Para la implementación del plan se dividió el camino en cuatro tramos, y para cada uno se adjudicó a una empresa.

 

El primer tramo, desde la Autopista del Buen Ayre hasta el kilómetro 25, ubicado en el acceso de la localidad de 20 de junio, será construido por IECSA, una de las empresas que supo pertenecer al jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, y ahora pertenece a su primo, Angelo Calcaterra. Es una de las preferidas por el Gobierno nacional para llevar a cabo diferentes obras.  La cotización de este tramo es de 488 millones de pesos.

El segundo tramo -que irá desde la localidad de 20 de Junio hasta la ruta provincial 53 y se hará con un presupuesto de $ 563 millones-, y el tercero (costará cerca de $ 321 millones), que continúa hasta la ruta provincial 58, serán realizados por UTE conformada por las empresas Perales-Aguiar, Comercial del Plata (CPC), Electroingeniería y Contrera Hnos.

 

De la mayoría de las empresas ganadoras para construir este segundo tramo de la “General Paz del Siglo XXI”, se puede decir algo.

 

Para empezar, Perales-Aguiar fue el iniciador del proyecto allá por 2005 cuando presentó el plan a Nación, de la mano de la canadiense Hochtief, y que luego no se concretó. Lo cierto es que la empresa tuvo la ventaja de que si su oferta era hasta 5 por ciento más cara que la mejor, ganaba igual. Y ganó.

 

CPC pertenece, nada más ni nada menos, que al amigo del matrimonio presidencial: Cristóbal López, el actual hombre del juego que tuvo la sabia decisión de dedicarse a la construcción cuando vio que el petróleo no le iba a dar los mismos frutos que el asfalto.

Electroingeniería fue una de las firmas que participaron del papelón de las licitaciones de los corredores viales el año pasado, cuando la Justicia rechazó uno tras otro los proyectos de las empresas por presentar irregularidades. La que iba a trabajar en el corredor 3 era Vialco, propiedad de Electroingeniería, que tuvo el récord de objeciones en la licitación de peajes por razones distintas: por cobrar sobreprecios en la ampliación de una obra en la Patagonia y por su composición accionaria.

 

Contrera Hnos. fue una de las más renombradas en el caso Skanska. Lo mismo que Perales Aguiar SA, Grupo Petersen e Iecsa. Estas últimas fueron investigadas por usar facturas de empresas fantasmas. La operatoria que la Justicia probó en el caso Skanska consiste en facturar servicios que no se realizan para inflar costos y ese dinero utilizarlo para el pago de coimas a funcionarios.

 

El informe del ex fiscal anticorrupción, Manuel Garrido, señala que Perales Aguiar -que según el Occovi está en condiciones de ganar la licitación- “habría realizado operaciones con estas empresas ‘cáscara’ por sumas superiores a los 560 mil pesos, y al momento de ser requerida por este organismo para que brindara explicaciones sobre ellas, se negó a hacerlo”. Petersen facturó por $ 2.412.450 y la firma Iecsa por $ 243.379.

 

Finalmente, Cartellone y Grupo Petersen (nombrado anteriormente) se ocuparán de realizar el tramo que va desde ruta 58 hasta la Autopista Buenos Aires-La Plata, por un valor de $ 394,4 millones.

 

Cartellone está actualmente en boca de la gente de Vicente López porque construirá el Vial Costero pese al rechazo y a las irregularidades que tiene el proyecto (no tiene los estudios de impacto ambiental que debería haber realizado el municipio).

 

El Grupo Petersen, por otro lado, es del empresario Enrique Eskenazi, un ex gerente de Bunge y Born, que se jubiló y pasó a desempeñarse como gerente de una vieja empresa constructora en problemas y venida a menos, Petersen, Thiele & Cruz. En 1995, con la compra del Banco de Santa Cruz al matrimonio Kirchner, que entonces gobernaba esa provincia patagónica, y desde entonces, forma parte de la agenda preferida de la construcción K. En 2008, también pasó a ser socio minoritario en YPF.

 

Hay que decir que la Autopista Parque Presidente Perón tiene sus ventajas. En caso de ser construida, para la gente que tiene que viajar por la zona el camino será más rápido, especialmente para los que trabajan en las zonas de las quintas.

 

El club del peaje

 

Pero el proyecto también cuenta con dos puntos cuestionables: el primero, que deberán expropiarse las tierras por las que pretenden que pase la autopista; y el segundo, que los ciudadanos terminarán pagando dos veces el “beneficio”.

 

El presidente del Comité Nacional de Defensa del Usuario Vial, Ricardo Lasca, manifestó a Desafío Económico que el método de financiamiento es muy cuestionable, porque se concesiona la obra del Estado, por un parte, y después se ponen las cabinas de peaje. Esto es: los usuarios terminan pagando dos veces, a través de los impuestos, y mediante el peaje.

 

Siguiendo este llamativo lineamiento, el mes pasado la Presidenta anunció la creación del “club del peaje”, integrado por las empresas concesionarias Roggio, Iecsa, Cartellone, Eurnekian, Electroingeniería, Isolux, Eskenazi, Supercemento, Esuco y CPC. 

 

En definitiva, hay que preguntarse a quién termina por convenirle la construcción de un camino, que para esta época, ya es la obra de la década.

 

 

Fuente: Revista Desafío Económico

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