06/06/2011 - 09:53hs.
Los primeros pasos de los economistas de La Cámpora
TNT fue la agrupación de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA que vio nacer a dos de los economistas nombrados por el Gobierno en los directorios de Siderar y Aluar, Axel Kicillof e Iván Heyn
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Diez años atrás la agrupación estudiantil TNT ganaba las elecciones en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires. La economía y el país eran consumidos por una recesión que había hecho metástasis en la sociedad. La enfermedad llevaba más de treinta meses. En septiembre de 2001, una semana después del ataque a las Torres Gemelas, TNT se impuso como primera fuerza ante Franja Morada.

El brazo estudiantil de la UCR perdió por primera vez en diecisiete años las elecciones en el Centro de Estudiantes y Consejo Directivo de la facultad. Las caras de aquella victoria fueron las de dos economistas –o al menos uno, el otro aún no se había recibido–, Axel Kicillof e Iván Heyn. El primero era el líder histórico de TNT. El otro un estudiante.

Diez años después Kicillof y Heyn no se muestran más como dirigentes estudiantiles indignados. No hablan delante de estudiantes, ni van a las aulas, ni palpitan el resultado de una elección en la facultad. Diez años después, Kicillof y Heyn, seducen a militantes, van a la televisión y tiene entre ceja y ceja una elección… presidencial.

Kicillof y Heyn hoy juegan en otra liga. Y ellos lo saben. Los dos economistas fueron nombrados por el Gobierno para representar al Estado en el directorio de dos de las empresas más importantes del país. El primero para ocupar una silla en Siderar. El segundo en el directorio de Aluar. Pero además, los dos son economistas fogoneados desde La Cámpora para contarle a la opinión pública lo que el Gobierno denomina como “modelo”.

Un brazo estudiantil de La Cámpora organizó en la semana una reunión en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA. Cuidadosos de explicar cada movimiento, uno de los estudiantes argumentó al inicio de la charla por qué se había invitado a Heyn y Kicillof a la facultad. “Ellos son los continuadores naturales del modelo”. Hubo aplausos. Al lado de Heyn se sentó el secretario de Medios, Juan Abal Medina. La sala estuvo repleta todo el tiempo y el presidente de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, un abogado de estatura más baja que mediana, siguió las alternancias desde la puerta parado en puntas de pie. Recalde se fue antes de que terminara la charla y Kicillof, al final, nunca llegó. “Axel está por arribar”, dijeron al comienzo de la charla. Pero no. No fue así. Alguien desde atrás gritó “TNT está vivo”. Y llegaron los aplausos. ¿Pero aquello era en verdad una reunión de TNT? ¿O más bien de La Cámpora? ¿Estaba en verdad allí, en el SUM de Económicas de la UBA, el espíritu de TNT? En definitiva TNT es la usina de donde salieron muchos de los economistas kirchneristas más jóvenes.

La sátira

TNT, una agrupación estudiantil nacida en la década del noventa, es el punto de partida y el nexo entre Kicillof y Heyn. Ahora, ¿qué fue TNT? ¿Un grupo de estudiantes en contra de las políticas neoliberales de los noventa? ¿Una agrupación que criticó el 1 a 1? ¿Unos jóvenes que denunciaron la privatización de YPF apoyada, entre otros, por el gobernador de Santa Cruz? ¿un grupo instruido para participar en los directorios de las empresas? Nada de eso.

La historia de TNT es un relato de dos etapas. Y Kicillof juega un rol clave en ambas. La fuerza nació en 1991 por iniciativa de un estudiante de economía llamado Sebastián Rubín (ver aparte). Junto a un puñado de entusiastas, el TNT original no tenía ningún objetivo político concreto, salvo el de plantear su descontento con Franja Morada. La sátira (y no la economía) fue la herramienta utilizada para relacionarse con los estudiantes. Así, paso a paso, la agrupación se hizo conocer como un puñado de jóvenes que aspiraba a mejorar las condiciones en la facultad, la calidad de las clases y la currícula. Nada más.

En 1992 el rumbo de TNT viró cuando los primeros apóstoles abrieron sus brazos a cuatro estudiantes -tres de ellos del Colegio Nacional de Buenos Aires-: Axel Kicillof, uno de sus actuales hombres de confianza en Aerolíneas Argentinas, Lucas Bergman (hoy gerente de Compras), Andres Borenstein y Leo Piccioli (hoy Country Manager de Staples).

Entonces TNT se volvió una agrupación más politizada pero apartidaria. Su objetivo era sacar a Franja Morada de la UBA. Cuestionaba el orden previo establecido y los métodos con los cuales se tomaban decisiones a nivel de la facultad. Sin embargo, TNT era todavía una fuerza desorganizada profundamente. Cuando ganaron uno de los once representantes en el Centro de Estudiantes en las elecciones de 1992, la cúpula estuvo ausente en el recuento de votos porque había ido a un recital en Vélez. Los dirigentes de TNT, por aquella época, resaltaban los principios de la honestidad y la gratuidad de la universidad pública. Y trabajaban en cuestiones prácticas para los estudiantes como la elaboración de encuestas sobre profesores y descuentos en los comercios cercanos a la facultad. Pero nada sobre la coyuntura económica.

TNT y la política nacional no se llevaron bien por un largo tiempo. Nunca cuestionaron ni la convertibilidad de Cavallo ni la apertura de la economía de Menem. Martín Abeles o Matías Kulfas, por aquel entonces estudiantes de economía y compañeros de camada de algunos fundadores, creían que TNT debía definirse políticamente. Pero TNT prefirió seguir con los panfletos irónicos y dedicarse a discutir la política estudiantil.

Kicillof y Marx

Si Axel Kicillof era el Chairman de TNT, Cecilia Nahón se convirtió en su CEO (varios años después). Axel Kicillof era ayudante en ‘economía marxista’, una materia que hoy no existe más –curiosamente dictada durante la década del noventa– y Nahón una de sus cursantes. Nahón, quién hoy en día además de ser economista del Centro de Estudios para el Desarrollo Argentino (que fundó el propio Kicillof en conjunto con otros ‘TNTianos’), reemplazó unos meses atrás a Beatriz Nofal en un cargo que también desapareció. Nahón trabaja en la órbita de Cancillería y al frente de la Subsecretaría de Desarrollo de Inversiones de la Secretaría de Comercio y Relaciones Económicas Internacionales.

Con Nahón y otros estudiantes, TNT ganó organización. La agrupación apuntaló así la mayor parte de sus esfuerzos hacia un solo lugar. Pero el blanco no fue ni la convertibilidad, ni el efecto tequila. Tampoco a la reelección de Menem o las relaciones carnales. TNT, por entonces, estaba inmerso en otra discusión, una mucho más circunscripta a la facultad: una reforma de las carreras pretendía acortar el tiempo de estudio y eso generó una Asamblea de Estudiantes. La reforma impulsada por las autoridades finalmente terminó sucediendo y materias como ‘economía marxista’ fueron borradas de un plumazo.

En esa época también se redactó un estatuto sobre el funcionamiento de TNT. Había quienes pretendían que la organización opinara más sobre coyuntura política y económica. Era la década del noventa. Pero Kicillof se negó. Y así redactó un estatuto en el que el margen de maniobra de TNT para participar de otros debates era casi nulo. “El estatuto era de acero. TNT no podía opinar de política nacional porque era entrar en el sistema. Y Axel quería estar fuera del sistema”, dice un ex integrante.

En la segunda mitad de los noventa, Kicillof y compañía organizaron una escuelita de economía política como respuesta a la reforma curricular y a la desaparición de materias que tenían que ver con una concepción diferente a la formación de la escuela de economía neoclásica. Así se sumaron más economistas al proyecto de TNT, una agrupación que ya no tenía nada que ver con la que Sebastián Rubín había soñado unos años atrás. De hecho, Rubín trabajaba por entonces en el CENIT, un centro de investigación, para años después dedicarse a la música. “Hoy no ejerzo más. Acabo de terminar mi último disco”, dice Rubín.

Batacazo

Por TNT pasaron varios economistas que trabajan en áreas del Gobierno como por ejemplo Javier Rodríguez, gerente de coordinación de AA, Paula Español, directora del Centro de Estudios para la Producción, e Iván Heyn.

En 2001 la agrupación dio el batacazo en Económicas al imponerse con el 36,1% de los votos. Sobre un total de 43.189 sufragios, obtuvo 15.094 contra 14.923 de Franja. Justo en esa misma fecha, en Derecho, se daba una imagen parecida similar. NBI, una agrupación independiente comandada por Mariano Recalde, perdía por menos de 900 votos (sobre 29.000) con Franja Morada. Recalde y Kicillof, que habían ido al Colegio Nacional de Buenos Aires, participaban activamente de un proceso: una reacción estudiantil ante el orden establecido y en medio de una crisis económica.

Un año después Heyn se convirtió en el presidente de la FUBA. Y participó de las reuniones en el claustro de estudiantes donde, reunidos en el Aula Magna, levantó la mano para apoyar la candidatura como rector de la Universidad de Buenos Aires de… Axel Kicillof. Se había terminado la etapa de Oscar Shuberoff, el hombre que condujo la UBA durante 18 años, y algo nuevo estaba por comenzar. Pero Kicillof perdió ante Jaime Etcheverry y había que comenzar todo de nuevo (como la economía que ya empezaba a dar signos de recuperación luego de la devaluación de enero de 2002).

TNT nunca habló de la convertibilidad y del esquema de tipo de cambio fijo durante la década del noventa. El estatuto no sólo lo prohibía sino que además muchos de los profesores más críticos de la convertibilidad, habían sido los mismos que los propios líderes de TNT habían criticado por la reforma curricular. José María Fanelli por ejemplo. Hoy, sí se puede decir que Fanelli criticó a la convertibilidad en los noventa. TNT no.

Heyn reconoció esta semana en la facultad que “hoy en día no existe una expresión política en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA”. Pero no explicó qué quiere decir que exista una expresión política en la facultad.

Fuera del sistema

“TNT nació como una agrupación política pero éramos apartidarios”, explica Maximiliano Geffner, economista y ex miembro a mediados de los noventa. “Eramos un grupo de estudiantes politizados que quería discutir la política estudiantil de manera apartidaria, por eso el calificativo de ‘agrupación independiente’ ”. El objetivo era centrarse en lo que sucedía en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA sin caer en los planteamientos políticos y económicos nacionales como suelen hacer los partidos de extrema izquierda.

Hoy Kicillof y Heyn, dos ex TNT, están en la política partidaria. Y en la boca de los empresarios más importantes del país. Kicillof recibió el rechazo de Techint para integrar el directorio de Siderar. Heyn, a quien los dueños de Aluar conocían personalmente antes de ser nombrado en el directorio, tuvo mejor suerte (¿justamente porque lo conocían?). Si uno entra a www.tnt.org.ar se verá al Coyote de TNT. Y al lado, la frase “Néstor vuelve”.

Autor de Nota: El Economista Digital
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