16/03/2017 - 08:56hs.
Bariloche: Polémica por la tasa espanta turistas
El Jefe comunal de la ciudad rionegrina impulsó la aplicación de un tributo al turismo. La medida pone en jaque la llegada de viajeros y deja en evidencia la falta de infraestructura en el municipio. Empresarios y opositores arremeten
La gestión de Gustavo Genusso en Bariloche no da puntada sin hilo. Una tasa al turismo encendió la mecha en la ciudad lacustre y, desde diferentes sectores, salieron a cuestionar la medida. Mientras la administración hace oídos sordos a los reclamos, las cuentas municipales vuelven a estar en la mira.
La paz y el entorno natural de lagos y montañas se vieron alterados, una vez más, luego de ponerse en marcha la denominada Eco-Tasa. Cacerolazos y pegatinas inundaron las calles de la ciudad, y el malestar comenzó a expandirse como una epidemia entre los diferentes hospedajes, como así también en el turismo que, falto de advertencias, comenzó a refunfuñar por los montos a cobrar.
Según la normativa impulsada desde el Ejecutivo municipal, el tributo comenzó a regir desde el pasado 1° de enero, y los recursos serían destinados a un fondo que tiene como objetivo mejorar la infraestructura turística. Si bien este es un punto donde oficialistas y opositores coincidieron, la realidad es que los intermediarios son quienes pusieron el grito en el cielo.
Desde la implementación de la Eco-Tasa, las posturas fueron encontradas. Desde la asociación que agrupa a los hostels (una opción de alojamiento que creció de forma sostenida en la ciudad), indicaron su descontento por ser los mismos dueños y empleados quienes tengan que recaudar para el municipio y, también, ser los destinatarios directos de los reclamos, al mismo tiempo que cuestionaron que sean los propios turistas quienes deban afrontar los costos de la falta de infraestructura de la ciudad.
Desde su aplicación, la tasa tuvo idas y vueltas. Si bien, desde la comuna, intentaron minimizar los costos, haciendo comparativas (por ejemplo, que la misma es similar a una botella de gaseosa en un hotel cuatro estrellas), atrás quedó la iniciativa de ser un impuesto optativo para los turistas.
Igual que en Europa
Si bien la medida no es novedosa, porque en ciudades argentinas como Salta o Puerto Iguazú, o en el resto del mundo, como Barcelona o Estados Unidos, se aplican tasas similares, la mira está puesta no sólo en los servicios e infraestructura que ofrece Bariloche, sino también en el hecho de que es la primera ciudad patagónica en cobrar este tributo, situación que la dejaría en desventaja frente a destinos cercanos como Villa la Angostura, San Martín de los Andes o El Bolsón.
En la actualidad, y según fuentes consultadas por La Tecla Patagonia, el destino turístico por excelencia de la Patagonia cuenta con 28.000 plazas disponibles entre hoteles de diferentes categorías, cabañas, hostels, campings y diferentes alojamientos. En este contexto, los más críticos al nuevo impuesto sostienen que esta medida afectaría la permanencia de viajeros, como también la práctica de facturación en negro, al igual que la falta de registro de pasajeros en diferentes hospedajes.
Indudablemente, el impuesto al turista que se está aplicando desde el municipio tiene con los tapones de punta a los prestadores de la city patagónica, y como principal destinatario de los reclamos al intendente, Gustavo Genusso.
“Es una decisión que estaba tomada”
El secretario de Turismo, Marcos Barberis, habló con La Tecla Patagonia sobre la medida y señaló: “La Eco-Tasa está funcionando bien. El sector hotelero en-tendió cómo cobrarla y está enfocada en el mejoramiento de la ciudad, tanto en infraestructura como en medio ambiente”. Al mismo tiempo, recalcó: “Esta es una decisión que estaba tomada”.
Ramón Chiocconi: “Genera mucho malestar”
El concejal del FpV, Ramón Chiocconi, dialogó con La Tecla Patagonia acerca de la polémica por la implementación de la Eco-Tasa en la ciudad y cuestionó: “El Gobierno, en lugar de explicar y buscar consensos, lo que hizo fue generar más enojo de quienes tienen que cobrar el alojamiento, incluso generando conflictos dentro de las asociaciones. Hay mucha incertidumbre acerca de cómo se va a resolver. En este sentido, vemos cómo dueños de hoteles, cabañas y trabajadores están juntando firmas en contra de la Eco-Tasa. También hay titulares de los gastronómicos que nos informaron de empleados que fueron maltratados por turistas al momento de querer cobrar este impuesto, que genera mucho malestar y está lejos de encontrar la solución”.
En referencia al perjuicio respecto a la llegada y permanencia de turistas en la ciudad, el edil recalcó: “La Eco-Tasa es un monto mínimo y bien comunicado, no debería perjudicar la llegada de pasajeros, porque no es relevante en el monto, pero esto está muy mal manejado y hay falta de diálogo, que es una característica de este Gobierno municipal que quiere imponer todo a la fuerza. Lograr una tasa como es-ta requiere de mucho diálogo y convencimiento y, en este aspecto, a la gestión de Genusso no le interesa”.
Sobre la infraestructura y servicios, Chiocconi recalcó: ”El Estado municipal en su conjunto debe participar de la riqueza que genera el principal recurso, que es el turismo. Ahora, el problema es de qué manera se implementa porque, en un primer momento, se había puesto a disposición una planilla para personas que no quisieran pa-garla, y eso cambió a mitad de las negociaciones de manera unilateral”.
Pablo Molteni: “Es algo que deben pagar los barilochenses y no los turistas”
El titular de la Asociación de Hostels de la ciudad, Pablo Molteni, dialogó con La Tecla Patagonia y dio su punto de vista acerca de la implementación de la Eco-Tasa en Bariloche. Al respecto, sentenció: “Nos manifestamos en contra porque es una medida que atenta contra el destino, y es el único en la región que lo cobra y lo hace de forma obligatoria. Creemos que, en un momento en que la situación del turismo está en baja por la crisis económica que hay a nivel internacional por los costos de Argentina, no deben existir medidas que nos quiten competitividad. Sí estamos de acuerdo en que falta dinero para infraestructura y que falta inversión, pero consideramos que no es la forma, porque es algo que deben pagar los barilochenses y no los turistas”. Respecto al impacto en los hospedajes, Molteni destacó: “En los pasajeros hubo sorpresa, porque en ningún momento se advierte que se cobrará una tasa. Más allá de los montos, las personas no entienden por qué se les cobra por haber elegido Bariloche como destino de viaje”.
La paz y el entorno natural de lagos y montañas se vieron alterados, una vez más, luego de ponerse en marcha la denominada Eco-Tasa. Cacerolazos y pegatinas inundaron las calles de la ciudad, y el malestar comenzó a expandirse como una epidemia entre los diferentes hospedajes, como así también en el turismo que, falto de advertencias, comenzó a refunfuñar por los montos a cobrar.
Según la normativa impulsada desde el Ejecutivo municipal, el tributo comenzó a regir desde el pasado 1° de enero, y los recursos serían destinados a un fondo que tiene como objetivo mejorar la infraestructura turística. Si bien este es un punto donde oficialistas y opositores coincidieron, la realidad es que los intermediarios son quienes pusieron el grito en el cielo.
Desde la implementación de la Eco-Tasa, las posturas fueron encontradas. Desde la asociación que agrupa a los hostels (una opción de alojamiento que creció de forma sostenida en la ciudad), indicaron su descontento por ser los mismos dueños y empleados quienes tengan que recaudar para el municipio y, también, ser los destinatarios directos de los reclamos, al mismo tiempo que cuestionaron que sean los propios turistas quienes deban afrontar los costos de la falta de infraestructura de la ciudad.
Desde su aplicación, la tasa tuvo idas y vueltas. Si bien, desde la comuna, intentaron minimizar los costos, haciendo comparativas (por ejemplo, que la misma es similar a una botella de gaseosa en un hotel cuatro estrellas), atrás quedó la iniciativa de ser un impuesto optativo para los turistas.
Igual que en Europa
Si bien la medida no es novedosa, porque en ciudades argentinas como Salta o Puerto Iguazú, o en el resto del mundo, como Barcelona o Estados Unidos, se aplican tasas similares, la mira está puesta no sólo en los servicios e infraestructura que ofrece Bariloche, sino también en el hecho de que es la primera ciudad patagónica en cobrar este tributo, situación que la dejaría en desventaja frente a destinos cercanos como Villa la Angostura, San Martín de los Andes o El Bolsón.
En la actualidad, y según fuentes consultadas por La Tecla Patagonia, el destino turístico por excelencia de la Patagonia cuenta con 28.000 plazas disponibles entre hoteles de diferentes categorías, cabañas, hostels, campings y diferentes alojamientos. En este contexto, los más críticos al nuevo impuesto sostienen que esta medida afectaría la permanencia de viajeros, como también la práctica de facturación en negro, al igual que la falta de registro de pasajeros en diferentes hospedajes.
Indudablemente, el impuesto al turista que se está aplicando desde el municipio tiene con los tapones de punta a los prestadores de la city patagónica, y como principal destinatario de los reclamos al intendente, Gustavo Genusso.
“Es una decisión que estaba tomada”
El secretario de Turismo, Marcos Barberis, habló con La Tecla Patagonia sobre la medida y señaló: “La Eco-Tasa está funcionando bien. El sector hotelero en-tendió cómo cobrarla y está enfocada en el mejoramiento de la ciudad, tanto en infraestructura como en medio ambiente”. Al mismo tiempo, recalcó: “Esta es una decisión que estaba tomada”.
Ramón Chiocconi: “Genera mucho malestar”
El concejal del FpV, Ramón Chiocconi, dialogó con La Tecla Patagonia acerca de la polémica por la implementación de la Eco-Tasa en la ciudad y cuestionó: “El Gobierno, en lugar de explicar y buscar consensos, lo que hizo fue generar más enojo de quienes tienen que cobrar el alojamiento, incluso generando conflictos dentro de las asociaciones. Hay mucha incertidumbre acerca de cómo se va a resolver. En este sentido, vemos cómo dueños de hoteles, cabañas y trabajadores están juntando firmas en contra de la Eco-Tasa. También hay titulares de los gastronómicos que nos informaron de empleados que fueron maltratados por turistas al momento de querer cobrar este impuesto, que genera mucho malestar y está lejos de encontrar la solución”.
En referencia al perjuicio respecto a la llegada y permanencia de turistas en la ciudad, el edil recalcó: “La Eco-Tasa es un monto mínimo y bien comunicado, no debería perjudicar la llegada de pasajeros, porque no es relevante en el monto, pero esto está muy mal manejado y hay falta de diálogo, que es una característica de este Gobierno municipal que quiere imponer todo a la fuerza. Lograr una tasa como es-ta requiere de mucho diálogo y convencimiento y, en este aspecto, a la gestión de Genusso no le interesa”.
Sobre la infraestructura y servicios, Chiocconi recalcó: ”El Estado municipal en su conjunto debe participar de la riqueza que genera el principal recurso, que es el turismo. Ahora, el problema es de qué manera se implementa porque, en un primer momento, se había puesto a disposición una planilla para personas que no quisieran pa-garla, y eso cambió a mitad de las negociaciones de manera unilateral”.
Pablo Molteni: “Es algo que deben pagar los barilochenses y no los turistas”
El titular de la Asociación de Hostels de la ciudad, Pablo Molteni, dialogó con La Tecla Patagonia y dio su punto de vista acerca de la implementación de la Eco-Tasa en Bariloche. Al respecto, sentenció: “Nos manifestamos en contra porque es una medida que atenta contra el destino, y es el único en la región que lo cobra y lo hace de forma obligatoria. Creemos que, en un momento en que la situación del turismo está en baja por la crisis económica que hay a nivel internacional por los costos de Argentina, no deben existir medidas que nos quiten competitividad. Sí estamos de acuerdo en que falta dinero para infraestructura y que falta inversión, pero consideramos que no es la forma, porque es algo que deben pagar los barilochenses y no los turistas”. Respecto al impacto en los hospedajes, Molteni destacó: “En los pasajeros hubo sorpresa, porque en ningún momento se advierte que se cobrará una tasa. Más allá de los montos, las personas no entienden por qué se les cobra por haber elegido Bariloche como destino de viaje”.
NOTA COMPLETA EN LA EDICIÓN IMPRESA LA TECLAPATAGONIA Nº 327
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