06/02/2019 - 10:13hs.
San Marcos Peña
Las elecciones no se desdoblarán en la Provincia, y en el PJ le agradecen al principal opositor que tenía la medida dentro de Cambiemos. El ala política del oficialismo ve, en cambio, que Marcos Peña metió la cola de nuevo gracias al poder que le da Macri
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Era uno de los movimientos más osados y brillantes producidos en las usinas de la política de la provincia de Buenos Aires; a tal punto que cada vez entusiasmaba y convencía más a los propios al tiempo que alteraba sobremanera los nervios del disgregado peronismo. Sin embargo, en la Gobernación, siempre supieron que no era de ellos la última palabra, y ni siquiera la tenía Mauricio Macri.

La ilusión de desdoblar las elecciones provinciales de las nacionales, para asegurar el triunfo de María Eugenia Vidal, sumar distritos amarillos en el mapa y envalentonar la reelección del Presidente con una victoria contundente en la Provincia, tuvo desde el inicio la negativa del jefe de Gabinete de Nación, Marcos Peña. Y también encontró reparos en Jaime Durán Barba. Desde el mismo momento en que surgió la idea, el objetivo fue convencer al dúo de las bondades de la división de los comicios, pero no hubo caso. 

Paradójico: mientras los funcionarios provinciales y los intendentes de Cambiemos rogaban que en Casa Rosada entendieran las razones de la estrategia, que no era para perjudicar al Presidente sino para ayudarlo, en vastos sectores del peronismo (no en todos) prendían velas al cielo para que, finalmente, el desdoblamiento no se concretara. “Nos hacen mierda”, coincidieron en varias oportunidades alcaldes peronistas consultados por La Tecla. Tras la confirmación de que no habrá división respiran aliviados, porque “la imagen de Vidal pegada a la de Macri en la boleta, no es lo mismo que si fuera ella sola”.

Muchos se preguntan por qué la mandataria adelantó tanto el anuncio, a tal punto de dejar descolocada y casi en ridículo a la comisión bicameral que estudiaba el tema. En rigor, Vidal supo que el movimiento no tendría posibilidades de continuar en el almuerzo que mantuvo con Macri el viernes 25 de enero. Cuando hablaron del posible desdoblamiento, el Presidente desligó la decisión. “Hablalo con Marcos, Jaime y Horacio (Rodríguez Larreta)”, se desentendió el primer mantatario.

El martes 29, antes del encuentro gastronómico con Peña, Durán Barba y el jefe 
de Gobierno porteño, Vidal se reunió con Federico Salvai. Allí le anticipó a su jefe de Gabinete que ambos irían a la reunión con la decisión ya tomada de dejar las cosas como estaban y mantener los comicios provinciales junto con los nacionales. Era mejor tomar la iniciativa, aunque fuera leída como un revés, a tener que someterse a una derrota más contundente con la bajada de pulgar por parte de Nación.

La Gobernadora usó esa estrategia para contrarrestar la de Peña. El jefe de Gabinete recurre a menudo a la procrastinación (hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras más irrelevantes) para estirar las decisiones. Arma reuniones en las que no se decide nada, y con ello dilata los tiempos hasta que considera oportuno hacer pesar y prevalecer su pensamiento. Todos en Cambiemos lo saben, Vidal no quiso correr el riesgo y resignó el trabajo fino que su equipo hacía cada vez con más ahínco y convencimiento.

En el almuerzo, Peña blanqueó que no estaba de acuerdo con el desdoblamiento, y aunque señaló que era bueno haber abierto la discusión y deslizó un “haremos lo que ustedes decidan”, ya tenía el compromiso de la Gobernadora de que irían todos juntos en la elección. También de Horacio Rodríguez Larreta, que lo confirmó un día más tarde que las autoridades bonaerenses. “La jugada era buena, pero tenían que estar todos convencidos”, se resignó ante La Tecla un funcionario provincial.

“Vidal, nunca se salió de la regla, no iba a ser ahora la excepción”, dijo uno de los ministros del área técnica. Esta excusa, como la de no querer llevar a los ciudadanos a una sucesión de elecciones y ahorrar dinero, fue el camino discursivo que eligieron los laderos de Vidal para maquillar la bronca por el corto vuelo que tuvo la idea del desdoblamiento. 

Pero donde más se siente el impacto es en las intendencias. Por un lado, los jefes comunales oficialistas del Conurbano están ahora seriamente preocupados. En el Gran Buenos Aires es donde Cristina Fernández tiene su mayor caudal de adhesiones, y el efecto arrastre puede ser catastrófico para los alcaldes amarillos.

En cambio, en el peronismo, los intendentes celebran la decisión de no dividir las elecciones; aunque algunos, pillos, tampoco estaban tan en desacuerdo con el desdoblamiento, que les evitaba ir pegados a Cristina, de quien reniegan pero no podrán desprenderse en caso de que decida jugar por la Presidencia. Además, la temprana confirmación de que las primarias serán en agosto y las generales en octubre da al panperonismo la posibilidad de seguir en búsqueda de la unidad.

Parece que los cielos de la política escucharon más los ruegos de la oposición que los del oficialismo provincial. Y San Marcos hizo lo suyo. Si le sale bien, en Cambiemos lo canonizarán. Por el contrario, si le sale mal, caerá en el infierno de una derrota que le achacarán sin dudarlo. 


Los intendentes del peronismo

En el kirchnerismo y en el peronismo orgánico, el “no” al desdoblamiento renovó la confianza. Varios jefes comunales de PJ reconocen que la posibilidad de dividir las elecciones era una “jugada fuerte” por parte de Cambiemos. “Pero eso ya es historia”, se entusiasmó un alcalde de la Primera sección consultado por La Tecla.

Los jefes comunales ponen en la balanza que la imagen de Vidal atada a la de Mau-ricio Macri “no es la misma” que si se avanzaba en un desdoblamiento. 

“La imagen de Macri arrastra a la de Vidal”, indicó, entusiasmado, otro mandamás, en este caso del interior. 

Igual, algunos eligen ser prudentes. “La moneda está de canto, puede caer de cualquier lado”, afirmó otro jefe comunal del Conurbano. De cualquier manera, el peronismo sabe que sus chaces aumentaron. Ahora -insisten-, el próximo paso tiene que ver con aceitar los perfiles de aquellos que le quieran disputar la candidatura a Vidal y arribar a corto plazo a una definición.

Respecto de las intendencias, el panorama es distinto entre el Conurbano y el interior, debido a que en la zona más poblada del país es donde se encuentra el caudal de votos de Cristina Fernández, mientras que en la Buenos Aires rural, la expresidenta podría pasar a ser una complicación para los alcaldes.



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