Tiempo de balances: el 2022, bajo la lupa

Como cada fin de año llegan los balances, y los diferentes sectores productivos del país no fueron ajenos a las vicisitudes de la economía nacional y el complejo contexto internacional. Qué repaso hicieron y cuáles son las previsiones para el 2023, que estará marcado por un fuerte clima electoral y de campañas políticas. Más allá del repunte en las estadísticas de la macroeconomía luego de la salida de la pandemia, los números no fueron los esperados para los diferentes eslabones que componen el aparato productivo nacional. Asimismo, otros factores, como los climáticos para el campo, sumados a los conflictos bélicos en Europa, condicionaron un esperado despegue, más allá de algunas excepciones. La falta de dólares y la fuerte restricción a las importaciones, como también la creciente inflación, fueron las principales dificultades en 2022, y serán variables que condicionarán el devenir de los próximos meses. Para el campo, el balance no fue el esperado. Además de los condicionantes de la micro y macroeconomía, la persistente sequía, que registró índices históricos, es hasta la fecha una piedra en el zapato para el agro. Si bien los índices de cosechas, como la liquidación de divisas, se mantuvieron dentro de los parámetros esperados, el trigo registró la mayor pérdida para los productores. Por otra parte, tras cinco años de crecimiento, la implantación de maíz se verá reducida a raíz de la falta de agua y, también, de un escenario de mayores costos asociados a su siembra.Además, la implementación del denominado “dólar soja” dejó posturas encontradas dentro del sector. Lo cierto es que, según fuentes oficiales, la medida (que tuvo lugar durante septiembre) fue un respiro para las reservas del BCRA y dejó un saldo de casi 14 millones de toneladas de soja que se comercializaron y una liquidación que totalizó US$ 8.125 millones. Para el resto de los sectores de la economía, la inflación fue determinante al momento de realizar los balances en 2022. El incremento de precios ya trepó a 76,6% entre enero y octubre, de acuerdo con los últimos datos oficiales, y las consultoras ya proyectan cifras en torno al 100% para todo el año.Este brusco incremento pegó de manera fuerte en el comercio minorista, que significó un duro golpe al poder de compra de los clientes y lleva a descreer de los pronósticos oficiales para el 2023. La suba de precios también se transformó en un escollo para el presente y las previsiones en el rubro de la construcción. Desde el sector se informó a La Tecla que se batieron récords históricos en 2022. No obstante, los niveles inflacionarios complican a los contratos de obras públicas y privadas, como también la realización de trabajos tales como la construcción o arreglos de viviendas. En la industria, las variables tampoco fueron las esperadas, en gran parte como consecuencia de problemas de abastecimiento de insumos y algunas paradas de planta. Las proyecciones tampoco son las mejores, de cara a los próximos meses. En este sentido, la actividad estará condicionada por el devenir del contexto macroeconómico, el abastecimiento de insumos y el acceso al crédito. El panorama no se vislumbra esperanzador para 2023 si se mantienen las variables que afectaron a cada sector. Pero cómo les fue a cada uno. Balances de un año que quedará para el olvido.PANORAMA INDUSTRIALDólares: una falta que preocupaLa industria fue uno de los rubros más afectados en 2022. La coyuntura económica golpeó fuertemente al sector, que en diferentes oportunidades manifestó su malestar y dificultades, donde la falta de dólares para insumos se transformó en el principal obstáculo para el desarrollo.Desde la Unión Industrial se puntualizó que en septiembre la actividad registró una suba de +4,9% interanual, desacelerándose respecto de los meses anteriores. En tanto registró una caída de -3,6% mensual respecto del mes de agosto (sin estacionalidad), en gran parte como consecuencia de problemas de abastecimiento de insumos y algunas paradas de planta. Para los próximos meses el escenario es desafiante. El déficit del saldo comercial volvió a generar preocupación acerca de las reservas del BCRA, en un marco de mayores restricciones sobre las importaciones. Esto está impactando en la producción y las perspectivas para el último trimestre.HORACIO SALAVERRI (PRESIDENTE DE CARBAP)“El 2023 va a ser un año difícil desde lo productivo, por la sequía”El titular de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), Horacio Salaverri, dialogó con La Tecla e hizo un balance de lo que fue 2022 para el campo. Puntualizó: “Tuvimos un primer semestre con una cosecha razonable y un segundo que fue muy complicado para la producción en la Provincia, como consecuencia de la sequía, la cual todavía estamos sufriendo y padeciendo, porque se está haciendo muy larga”. Desde el punto de vista de las relaciones con el Gobierno, afirmó: “Hubo distintas alternativas a lo largo del año, pero no se ha cambiado la visión hacia el sector porque seguimos con medidas del tipo intervencionista, con alguna característica como fue el invento del dólar soja y otras cuestiones que se han dado y siguen entorpeciendo, de alguna manera, el accionar del sector agropecuario”. En referencia a las perspectivas para 2023 dijo: “Va a ser un año difícil desde lo productivo, por la sequía, y en lo macroeconómico, la falta de dólares va a ser significativa. Además de las cuestiones que siempre están relacionadas con las elecciones, va a ser difícil desde lo económico”. Respecto de medidas favorables, el titular de Carbap señaló: “Podría interpretarse desde un sector lo que fue el dólar soja, pero, en realidad, fue una medida macroeconómica para cubrir la necesidad de reserva que tiene el Banco Central y no fue direccionada al sector”. Añadió: “Después de la asunción del ministro (Sergio) Massa, no hubo cambios en lo que fue la situación impositiva y comercial que afecta al sector”. Por último, sobre los números, Salaverri comentó: “En la cosecha del período 2021-2022, los números fueron razonables en promedio a los años anteriores. La liquidación de divisas dentro del sector se ha dado más abrupta en estos últimos meses, pero llevamos la media que se ha hecho tradicionalmente. Sí tenemos un número muy malo en el trigo: se esperaba una cosecha de 20 millones, 20 millones y medio, y estamos por los 12 o 13 millones. Indudablemente hay una pérdida muy importante para el productor y para el país en el ingreso de dólares”.FERNANDO SAVORE (FEDERACION DE ALMACENEROS)“Este año que ya está terminando fue muy complejo para el comercio”El presidente de la Federación de Almaceneros de la provincia de Buenos Aires, Fernando Savore, en diálogo con La Tecla expuso la situación del sector en 2022. Al respecto indicó que “este año que ya está terminando fue muy complejo para el comercio de proximidad, y es el reflejo en los clientes, que si tienen un sueldo estable, evidentemente a nosotros también nos va bien. Vivimos una inflación que casi llegó al ciento por ciento, y nosotros estamos convencidos de que hubo meses en que eso fue superado, porque vendemos el producto de más alta rotación y en algunas mediciones la mediciones fue de 6,9%; 7,5% y a nosotros nos daba un 2% semanal. Esa es la diferencia que venimos viendo”. En sintonía con lo anterior agregó: “Evidentemente fue un año complejo, porque hubo momentos, como pasó en julio, cuando subió mucho el dólar blue, en que los mayoristas cambiaron los precios entre un 10 y un 13 por ciento. Tampoco dejamos de evaluar el poder de compra de los clientes, donde parece que el día 15 es fin de mes”.GUSTAVO WEISS (CAMARA ARGENTINA DE LA CONSTRUCCION)“Hemos batido récords históricos de los principales indicadores”El titular de la Cámara Argentina de la Construcción, Gustavo Weiss, sostuvo que “este 2022 fue de muchísima actividad, porque hemos batido récords históricos de los principales indicadores. Por ejemplo, el cemento, que nunca se vendió tanto como este año; y lo mismo ha pasado con otros insumos, como grifería, cerámicos, ladrillos, etcétera. La verdad es que la actividad fue muy importante, tanto en obra pública como la privada”. En esta línea consideró que “lo que estamos empezando a ver es que la actividad se está tranquilizando. En los últimos meses los despachos de cemento comenzaron a caer, y la explicación que tenemos, como también pasa con la obra pública, es la inflación, que está conspirando contra el desarrollo de la actividad”. En referencia a las perspectivas para el próximo año expresó: “Avizoramos un 2023 complicado si se mantienen estos niveles inflacionarios, porque complica mucho a los contratos de obra pública y, también, a la actividad privada, porque, obviamente, cuanto más aumentan los costos de la producción, menos gente tiene posibilidades de comprar un departamento, construir o arreglar su casa”.