Octubre arrancó furioso y no sólo para
La Libertad Avanza, que ahora se le metió el
narcotráfico en la discusión y hace malabares para llegar con algo de aire al 26 con una economía que no repunta. El
peronismo no puede con su genio y se hunde en el barro de las miserias internas por lo que la paz firmada duró poco y nada. La cumbre de
Axel Kicillof y
Cristina Fernández que no aporta a la claridad del espacio.
Luego de
111 días desde que se encuentra en prisión domiciliaria, la expresidenta recibió la visita del Gobernador en el domicilio ubicado en San José 1111, barrio porteño de Constitución. La cita fue el miércoles por la tarde y se dio a conocer públicamente tras su finalización.
“Fue un buen encuentro, duró 1 hora y 30, hablaron de la situación nacional, internacional y de seguir sumando fuerzas para las elecciones de octubre”, fue el mensaje que distribuyeron desde los dos campamentos. Los primeros en comunicarlo fueron los cristinistas y luego lo hicieron desde la Gobernación.
Del encuentro no hubo una foto oficial entre ambos y desde la provincia de Buenos Aires indicaron que ni siquiera se sacaron.
La frialdad en la relación quedó plasmada con la imagen que no circuló y que muchos esperaban ver, al menos como un gesto de distención entre tanta desconfianza mutua.
Los dirigentes políticos desfilan para poder encontrarse con CFK y
es habitual ver a la expresidenta en reuniones con distintos actores. Hasta pasó por el lugar el exgobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, que luego de un gran distanciamiento retomó el vínculo y se llevó una foto para el cuadro.
“Fue mano a mano”, contaron a
La Tecla sobre quiénes participaron del encuentro que comenzó a las 16 y culminó a las 17.30, aproximadamente. La última vez que se vieron fue el día que salió la sentencia contra Cristina en la que también se la proscribió. El lugar fue la sede del
Partido Justicialista (PJ) nacional en Matheu 130 bajo la presencia de la cúpula de La Cámpora y con Sergio Massa que se encontraba en el edificio.
Por supuesto,
ambos mantuvieron conversaciones telefónicas durante el lapso que pasó y sobre todo en el marco del cierre de listas provinciales. Una de las charlas que tuvieron fue el sábado 19 de julio en una jornada maratónica en la que estuvo apunto de estallar el armado del peronismo.
¿Estar a solas habrá sido una condición que pidió Kicillof para ir a visitarla? ¿En qué lugar ubica a Máximo Kirchner en todo esto? Son algunos de los tantos interrogantes que circulan por estas horas y que tensionan cada vez más la paz forzada.

El 8 de octubre se cumple un nuevo aniversario del natalicio de
Juan Domingo Perón y, como suele ser habitual, en el justicialismo no faltarán acciones para recordarlo. Del mismo modo, para el 17 se esperan actividades, pero hasta el momento no hay nada oficial. Simplemente
existen las ganas tanto desde el camporismo como del kicillofismo de armar algún que otro acto. La otra incógnita será si habrá confluencia o no de todos los sectores.
Por lo pronto, el intendente de Avellaneda,
Jorge Ferraresi, agarró la lanza y ya se reservó el día 8 para un acto junto a tres candidatos a diputados nacionales. Entre los invitados están
Jorge Taiana, Hugo Yasky y Hugo Moyano (hijo). Con el correr de los días se conocerán más detalles sobre la convocatoria.
El
17 de octubre de 2024 no hubo unidad y cada uno hizo su propia movida. La que más se destacó fue la que
encabezó Kicillof en Berisso, el kilómetro cero del peronismo. Allí se congregaron miles de personas y toda la dirigencia que hoy forma parte del
Movimiento Derecho al Futuro. Los grandes ausentes fueron los referentes de La Cámpora y el Frente Renovador.
“Los mejores días siempre fueron peronistas: los más felices fueron con Cristina y los mejores tienen que estar en el futuro”, fueron las palabras del Gobernador en aquel día. La referencia a CFK estuvo para graficar el pasado, pero no cuando miró hacia adelante.
Dos días después, ante los cuestionamientos que recibió por parte de Cristina cuando planteó que
“los Poncio Pilatos y los Judas en el peronismo no van más”, Kicillof respondió. “La lógica del sometido o traidor es una lógica que entró en crisis y que viene causando malos resultados”, dijo. Luego, expresó: “La verdad es que no quiero ni puedo estimular peleas entre compañeros pero tampoco puedo convalidar el equivocado mecanismo de que cualquier diferencia o crítica desate el disciplinamiento”.
La discusión se dio en plena carrera por la presidencia del PJ nacional con CFK lanzada y Ricardo Quintela desafiándola.
En el camporismo no le perdonan al Gobernador que no se haya posicionado en favor de la expresidenta y le recriminan, en la misma sintonía, que no apoyara la candidatura a diputada provincial. Las cuentas pendientes continúan y las lealtades están en discusión.
Las tensiones internas en el peronismo se dan en un contexto en el que
el plan económico de Javier Milei tambalea y la incertidumbre sobre el futuro es total. La preocupación también existe en torno
a la gestión de la provincia de Buenos Aires porque la crisis también se la llevará puesta si es que no hay cambios rotundos en la orientación del país.
Cristina ya dio su parecer y no dudó en plantear en su mensaje al Presidente:
“Me parece que se avivaron que después del domingo 26 devaluás”. Por su parte, la Fundación Encuentro, creada por
Sergio Massa, también advirtió que
“la demanda de divisas por parte de las personas humanas continúa en niveles que resultan difíciles de sostener para la economía argentina”. Ambos coinciden en que el futuro está más que complicado. De todos modos, Kicillof evita entrar en detalles al respecto y plantea sus preocupaciones en términos generales sobre el rumbo del Gobierno nacional.