10/09/2024 - 10:10hs.
Un delegado para el norte que no convence en la tropa propia y no domina su provincia
El exgobernador del Chaco se acercó a Kicillof para darle musculatura política a su armado en el nordeste, pero no todos en el kicillofismo creen que sea una buena jugada porque en su provincia las cosas no le van bien, y hasta el massismo advierte que si vuelve al ruedo le hará internas.
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Decidido, Axel Kicillof extiende su red polֵítica más allá de las fronteras bonaerenses. Las excusiones de sus ministros a territorios extrarradio, y sus propias visitas a colegas de otras provincias, son parte de la estrategia para ganar volumen dentro de la variopinto frente electoral llamado Unión por la Patria. Pero no lo son todo. El Gobernador también busca cerrar alianzas estratégicas con dirigentes del peronismo nacional que fortalezcan sus intenciones futuras y le den, a la hora de sentarse en la mesa de las negociaciones final, el sustento territorial a su deseo.

En esa búsqueda debe leerse la discutida llegada de Jorge Capitanich al Banco Provincia. Como se sabe, desde hace algunos meses, el exgobernador de Chaco desembarcó en la entidad crediticia provincial para hacerse cargo del Centro de Estudios Federales, una dependencia que salió del sarcófago en la que estaba sepultada desde hace dos décadas pero que permite, sin levantar demasiadas sospechas, concretar reuniones lejos de la jurisdicción del Banco. En rigor, Capitanich hasta ahora cobra sueldo para asesorar a la presidencia de la entidad y, fundamentalmente, tejer políticamente en su zona de mayor influencia, es decir en el norte, con epicentro en el nordeste. 

Debe reconocerse que el exjefe de Gabinete nacional tiene una amplia trayectoria y supo gozar de ascendencia importante en el kirchnerismo y en el círculo de confianza de Cristina Fernández. Pero el caso Cecilia Strzyzowski desencadenó una serie de infortunios políticos para el dirigente chaqueño. La vinculación de Emerenciano Sena y su esposa Marcela Acuña (acusados del femicidio junto a su hijo César Sena) con el espacio comandado por Capitanich fueron determinantes para la derrota del gobernador en las elecciones del año pasado en manos del radical Leandro Zdero.

Sin lugar donde guarecerse políticamente, Capitanich encontró en Kicillof una mano amiga en tiempos de vacas flacas, y al mandatario bonaerense le cerró la ecuación porque necesita, como se dijo, ganar adeptos dentro del panperonismo. Sin embargo, hasta en el propio equipo de gobierno de la Provincia hay dudas acerca de lo que el chaqueño le pueda aportar a la causa. “Tenemos que mostrar otra cara, los que perdieron frente a la ola Milei no pueden ser la promesa de futuro”, fue el lapidario diagnóstico de un dirigente que adhiere a la posición kicillofista pero advierte de los riesgos de sostener políticos devaluados ante la sociedad.

Capitanich no puede por el momento revertir en Chaco la imagen con la que se fue, y alguien que no logra ser profeta en la tierra donde fue emperador difícilmente pueda serlo en aldeas vecinas, donde además hay dirigentes peronistas celosos de sus territorios. A tal punto llega el conflicto interno de Unión por la Patria en Chaco que uno de los principales socios de la alianza ya avisa que, si Capitanich vuelve a jugar en su provincia o promociona a algún candidato, irá a internas.

Sergio Massa, siempre activo a pesar de su largo silencio público, teje a una velocidad de telar supersónico y, además de calcular sobre varios escenarios posibles, también arma su red de contención con las mismas intenciones que Kicillof. Por eso entre el Gobernador y el tigrense la relación es un electrocardiograma. En el trípode de Unión por la Patria la pata massista sostiene el equilibrio, y podría romperlo en cualquier momento.

Chaco es una de las provincias en las que el exministro de Economía centra la atención, porque está convencido que en sus filas está la candidata para ir a recuperar la provincia en el 2027. “Si Capitanich quiere volver le vamos a hacer internas con nuestra candidata”, le confió a La Tecla un hombre muy cercano al tigrense. La figura que promociona el Frente Renovador es la actual intendenta de Barranqueras, Magda Ayala. 

Un delegado para el norte que no convence en la tropa propia y no domina su provincia

Barranqueras es una ciudad pegada a Resistencia, de casi 55.000 habitantes, perteneciente al departamento San Fernando y asentada sobre un brazo del río Paraná, que conecta a Chaco con Corrientes a través del puente Manuel Belgrano.

Magda Ayala es abogada, llegó a la intendencia en 2019 y fue reelecta en 2023. Pertenecía al Frente Chaqueño que comandaba Capitanich pero se distanció durante su primer mandato como jefe comunal. El 2 de octubre cumplirá 34 años y es la joven promesa en la que apuesta el massismo para darle un aire renovador al peronismo chaqueño.

Su acercamiento al Frente Renovador lo hizo a través de Katia Blanc, referente del massismo chaqueño, y con quien la intendenta de Barranqueras ha tomado la posta del armado hacia el futuro, en el que también tiene injerencia el joven intendente de Villa Berthet, Germán Honcheruk. 

El empuje del la nueva dirigencia es un escollo nada fácil para Capitanich, que si quiere ser patrón y sota del kicillofismo norteño tendrá que comenzar primero por ordenar el patio de su casa.
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