La actriz italiana, Claudia Cardinale, murió en su casa de Nemous, París. Su agente confirmó el deceso a la agencia AFP y destacó que la artista se despidió en paz.

Laurent Savry, su representante, resumió el impacto de su figura con palabras cargadas de emoción. “Nos deja el legado de una mujer libre e inspirada tanto como mujer como artista”, expresó en el comunicado que recorrió los medios internacionales.

A lo largo de su trayectoria, trabajó con algunos directores más importantes del siglo XX. Fellini, Visconti, Leone y Brooks fueron parte de su recorrido, al igual que actores como Alain Delon, Henry Fonda o Marcello Mastroianni. 

Películas como El Gatopardo, Fellini Ocho y medio y Érase una vez en el Oeste marcaron a generaciones enteras. Por otra parte, es importante destacar que colaboró en causas sociales y ambientales, y colaboró como embajadora de la UNESCO.

Conocida como “la italiana más bella de Túnez”, inició su carrera en el cine italiano a pesar de hablar mal el idioma y mantener un marcado acento francés. 

Con el tiempo, dominó varias lenguas (árabe, francés y siciliano) y logró consolidarse como una de las actrices más versátiles de su generación. Su figura, junto a Sophia Loren y Gina Lollobrigida, definió una época irrepetible.

Su aporte al cine fue reconocido con premios como el León de Oro en Venecia en 1993 y el Oso de Oro en Berlín en 2002, galardones que confirmaron su lugar en la historia del séptimo arte.